Comencé escribiendo un libro que se llamaba "Crucita y yo", pero como me salió larguísimo (600 páginas), lo partí en dos. Este es el resultado.

NOVELA, 270 páginas; LIBRO DE BOLSILLO. 
Camargo Rain, de quien en ocasiones se dijo que era marciano -aunque en general se le tildara simplemente de perro verde-, también fue estudiante, congregacionista, ala-pívot (en el colegio), cocinero y músico por afición, pintor, correcaminos, escritor de columnas periodísticas, aficionado a la cerveza y otras hierbas, cabo rojo, maestro de turistas, fotomatón, defensor de la gramática, observador de los cielos estrellados... Ya casi sólo le restaba ser mujer, así que un buen día -para cambiar- decidió trastocarse en ello. El mejor o peor resultado de tan conflictiva mutación podría establecerse leyendo lo que estas páginas esconden: la efímera vida de Nastasia, polifacética muchacha de la Ínsula Barataria que murió joven.

En los siguientes enlaces se pueden leer trozos de este libro:

Nastasia va a una manifestación

Excursión a las montañas y otras aventuras

Se puede conseguir la versión impresa, como libro de bolsillo, en

"La efímera vida de Nastasia"

Crucita, niña rizosa, poetisa, trigueña, ojizarca...; esto es lo que se dice de Crucita, pero además se dice: maciza espectacular, parlanchina a más no poder y señalada por el dedo del Cosmos, que no es cosa que se vea todos los días. Ser privilegiado, en suma, cuyas andanzas son largas y enrevesadas, sí, muy aparatosas y teatrales, y movidas...
Crucita, a quien también se conoció como Maricruz (que es nombre de gallina), o como rubia, bella durmiente, niña pequeña, especie de maciza y otros muchos adjetivos del mismo tenor, de la mano de Nastasia, que es su madre –es decir, su hermana madre–, y el Rockero, que es el novio de su hermana –o quizás su padre–, nació de unos seres que se querían; vivió a cuerpo de rey toda su vida; se reprodujo, aunque no sin dificultades, y enfiló el camino hacia adelante con la satisfacción del deber cumplido...
¿Aún me escuchan...? Pues les voy a decir más. Palabras acabadas en culo hay muchísimas, casi todas de cuatro sílabas, y las principales son, báculo, cenáculo, pináculo y tabernáculo; vernáculo, espiráculo y oráculo; o bien, espectáculo, habitáculo, tentáculo y obstáculo...

Esta es una tapa, pero tengo más.